CHICAGO — Los indocumentados no pagan impuestos y suponen una sangría para la economía de Estados Unidos. Estos prejuicios carecen de datos que los avalen, pero están en la calle. Lo cierto es que los números contradicen estas afirmaciones. Según un informe del Instituto de Tasación y Polítca Económica (ITEP), los indocumentados contribuyen 11,600 millones de dólares anualmente. Sólo en Illinois, estos ciudadanos aportan más de 743 millones de dólares en impuestos locales y estatales, sólo por detrás de California, Texas y Nueva York.
La publicación de este estudio llega pocos meses antes de que la Corte Suprema dictamine acerca de las acciones legislativas que aprobó el presidente Barack Obama en 2012: la Acción Diferida para Padres de Ciudadanos Estadounidenses y Residentes (DAPA) y la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). En caso de que ambos decretos sean aprobados por el Supremo, el ITEP estima que los cinco millones de beneficiarios generarían unos ingresos adicionales de 805 millones de dólares, lo que supondría un aumento del 8.6%. En el caso de Illinois, este estado vería aumentada su recaudación en más de 67 millones de dólares, que es aproximadamente lo que elInforme Annual de Construcción de Escuelas estima que costaría levantar dos primarias y una secundaria para beneficio de 2,200 alumnos.
Más lucrativo, si cabe, para las arcas locales y estatales supondría legalizar la situación del conjunto de indocumentados. Siempre según este informe, Illinois pasaría de ingresar 743 millones de dólares anuales a 897 millones.
Pese a que los datos corroboran la contribución de los indocumentados en EEUU, los prejuicios han persistido y son objeto de polémica a lo largo del proceso de primarias y asambleas electivas (caucus). En una entrevista con CNN en noviembre, el precandidato republicano Donald Trump calificó a la entrevistadora de “ingenua” por insinuar que los indocumentados pagaban impuestos. Trump señaló que “sólo el 5 o 10%” de estas personas lo hacían. Una vez más, los datos del Instituto de Tasación y Política Económica desmienten esta clase de afirmaciones. Según se desprende de su último informe, un tercio de los indocumentados posee una vivienda y paga, por lo tanto, los impuestos correspondientes. Además, la mitad del total de estas personas pagan impuestos sobre la renta y el 75% contribuye al sistema de la Seguridad Social. Para Julián Lazalde, coordinador de Compromiso Cívico del Latino Policy Forum, Trump comete el mismo error que parte de la ciudadanía. “Mucha gente piensa que los impuestos que pagamos equivale al dinero que falta en los cheques que recibimos cada dos semanas, pero en realidad también los pagamos cuando vamos por leche o cuando compramos o alquilamos una casa, por lo que los indocumentados contribuyen de muchas maneras”, explica Lazalde.
A esto hay que añadir que los indocumentados no sólo pagan impuestos, sino que aportan más que otros sectores de la sociedad con mayores ingresos. Y es que de media, los indocumentados tributan el 8%, mientras que el 1% de la población con mayores ingresos lo hacen en 5.4%. Tanto el informe del ITEP como Lazalde coinciden en destacar los múltiples beneficios que se derivarían de la aprobación de ambas acciones ejecutivas. Por un lado, razona Lazalde, los indocumentados podrían salir de la “oscuridad” de la ilegalidad y dejar de sentir “miedo e inseguridad”, y por otro, la sociedad se demostraría a sí misma que puede vivir “de acuerdo a los ideales en los que este país está fundado”. Legalizar la situación de los inmigrantes, asegura, “permitiría aumentar sus ingresos y, por tanto, los impuestos que pagan”. Estas medidas podrían, consecuentemente, ayudar también a aliviar la complicada situación económica que atraviesa Illinois.